'Jazz Maynard': Un héroe de hoy en día
Jazz Maynard es un personaje de cómic que presta su nombre a
toda una colección que fue creciendo poco a poco. Una refinada violencia,
ironía, música, villanos, chicas, mafiosos y corrupción allá donde se mire, son
algunos de los ingredientes de unos tebeos muy entretenidos que gustan a todo
el mundo.
Raúl Anisa, más conocido como Raule (Barcelona, 1971) y Roger Ibáñez (Barcelona, 1977) son los autores de los tebeos publicados en los que su protagonista, Jazz Maynard, se desenvuelve con la misma facilidad mientras toca la trompeta o comete delitos de esos que llamamos de guante blanco.
Los arcos argumentales de cada trilogía están, en cada caso, perfectamente definidos y son independientes uno del otro.
Jazz Maynard es trompetista de jazz, delincuente fino, violento; su parecido físico con el actor Adrien Brody es llamativo y con el personaje, también cinematográfico, Harry el Sucio más que evidente si nos centramos en su forma de hacer las cosas. Ya saben, me tomo la justicia por mi mano y, además caigo bien a todo el mundo. Siempre acompañado por su amigo Teo, algo más alocado, impetuoso y desordenado, es capaz de cometer los robos más difíciles. Utiliza tecnología punta y una buena dosis de valor para tener éxito; algo parecido a una mezcla entre James Bond y el protagonista de 'Misión Imposible'. Y subido al escenario, con la trompeta en las manos, es capaz de crear un clima único, una música que pocos pueden imitar. Al ser un personaje blanco y bien parecido, viene a la mente, irremediablemente, el trompetista Chet Baker.
El dibujo de Roger Ibánez, con clara tendencia expresionista y otra más sutil hacia la caricatura; junto con el guion de Raule; se presentan como un producto de entretenimiento estupendo. Los colores planos del primer y segundo álbum, las sombras y realces en el tercero, diferentes gamas de colores en las nuevas entregas, hacen que cada escena tome un matiz especial. Se editó un volumen integral incluyendo la primera trilogía en blanco y negro. Aunque el autor insiste en que es ese el trabajo que más le gusta, no parece tan claro que el color haga perder la esencia. Tal vez sea al contrario.
El guion de Raule es ágil, casi de locos dada la tensión argumental que logra mantener página a página, aunque incluye algunas cosas que rechinan y hacen que se pierda todo el encanto de la historia. No se comprenden muy bien las referencias casi explícitas a personajes reales (que con el tiempo caducan como si fueran un lácteo industrial) que no aportan nada en absoluto. El toque de crítica social que tienen estos tebeos está a punto de vaciarse por un par de detalles. Que el periodista con tendencias políticas marcadamente derechistas se llame Cuadras Vidal, que un policía corrupto se apellide Zaplana o que el villano sea un tal José María Cebes, no parece una herramienta que profundice en la idea. Por otra parte, vemos un número excesivo de estereotipos que se utilizan para dibujar el escenario (el Raval de Barcelona es donde se desarrolla la trama aunque podría ser en cualquier otro lugar, todo hay que decirlo): policías corruptos y uniformados como los 'keystone cops' del cine antiguo que no dan una a derechas para marcar el tono sarcástico del relato, políticos que roban a manos llenas y tienen al ciudadano con un pie en el cuello, periodistas de izquierdas valerosas, un barrio lleno de gente idealista que quiere algo mejor para la ciudad... En fin, un guion muy bien desarrollado lleno de diálogos cercanos al cine negro más clásico y con exceso de guiños irrelevantes. A pesar de todo esto, el producto final es muy, muy, divertido y el aficionado al cómic se siente satisfecho leyendo 'Jazz Maynard'.
En la segunda trilogía, nos enseñan cosas del personaje que lo van redondeando. Ya no estamos en el Raval. Esta vez toca Islandia. Sus primeros pasos como ladrón y trompetista se nos muestran para que el puzle se siga completando. Teo toma mayor protagonismo y aparece un villano, Max Low que es hermanastro o casi de Jazzy, con unos rasgos más que interesantes. El dibujo de Roger Ibánez ha evolucionado claramente sin escapar del detalle, de buscar matices con las sombras, de una estilización evidente.
Desde la aparición de 'Jazz Maynard' no ha faltado un club de
jazz de tebeo, esas notas dibujadas que podemos imaginar y un trompetista que se ha
hecho un hueco entre los personajes de cómic.
Nirek Sabal
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