'Días contados': La movida madrileña y la sordidez

by - marzo 14, 2024

 


Los años 80 en Madrid fueron diferentes a lo que se vendió como cierto. La capital de España, efectivamente, durante tres años (más o menos) vivió eso que se llamó la movida madrileña. Pero eso fue lo que fue (una reacción ante un exceso de política y caspa que inundaba la capital de España), los que protagonizaron esa movida fueron los que fueron (cien personas, siempre las mismas; el resto iba siguiendo la pista del grupo principal sin aportar nada, sin ni siquiera copiar lo que hacían) y la imagen que se vendió fue un producto de venta de imagen para que Madrid lograse ser, por ejemplo, capital europea de la cultura cuando era impensable que eso fuera posible aunque se hiciera realidad finalmente. Madrid era una ciudad peligrosa, gris. Las drogas hacían estragos entre los jóvenes de todas las clases sociales, el dinero público se malgastaba a espuertas, ser Europa era una necesidad obsesiva.

Juan Madrid escribió ‘Días Contados’ para repasar ese Madrid de mediados a finales de los 80 y principios de los 90. Esta es una novela que no pertenece al género negro. Y Juan Madrid logra un trabajo notable en algunos aspectos. La novela va de menos a más en su intensidad narrativa y la cierra de forma brillante, emotiva, sin dejar un solo centímetro de espacio a la esperanza. Algo exagerado, eso sí, en el uso de jerga callejera que busca una credibilidad que ya se encontraba en el propio relato.

El dibujo que hace Juan Madrid del espacio es certero, quirúrgico. Y el que hace de los personajes es tan cuidadoso como brutal. La voz narrativa toma distancia suficiente respecto a la acción como para lograr una consistencia vacía de emociones o sensaciones que podrían poner en peligro a ese narrador que trata de relatar de forma verosímil y si tomar demasiado partido.

Antonio, el personaje principal, es fotógrafo y busca la fotografía de su vida. La perdió el día que vio cómo una mujer se lanzaba desde el viaducto de Madrid al vacío con su hijo en brazos. Ese día se bloqueó. Ahora, conoce a dos jóvenes prostitutas que, además, son yonquis. Las conoce a ellas y el mundo que las rodea incluidos sus amigos. Madrid desde la sordidez, desde la drogadicción más terrible, desde esa injusticia tan monumental a la que estamos tan acostumbrados en Occidente.



Imanol Uribe, el director de cine, llevaría al cine este relato. Con libertad absoluta. Convierte, por ejemplo, al fotógrafo protagonista en fotógrafo etarra. Y deja buena parte de los diálogos de Juan Madrid casi intactos. Gran error puesto que son, lógicamente, muy literarios.

A pesar del tiempo transcurrido, ‘Días contados’ se puede leer más que bien. Es una novela que ha logrado envejecer sin problemas a pesar de hacer referencia explícita a un tiempo muy concreto y a un mundo perfectamente reconocible.

Calificación: Buena.

Tipo de lectura: Amena aunque en algunos tramos se hace dura por lo que se cuenta.

Tipo de lector: Cualquiera. Juan Madrid siempre ha hecho literatura muy accesible.

Argumento: Estamos condenados. Todos.

¿Dónde puede leerse?: Ya es tiempo de leer en el parque, al aire libre.

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